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Casos de éxito

Taller H&H: Un legado familiar

Mi papá me inculcó el compromiso al trabajo, impulsándome a trabajar no solo para él, sino también para el país y las futuras generaciones ”

Harold tiene 39 años, trabaja desde los 12, pero desde los 4 años rondaba los talleres con su padre.Descubrió su pasión por la mecánica automotriz cuando, a sus 3 años, aprendió a armar y desarmar sus carritos. Jugaba con carburadores y fue conociendo los nombres de las distintas llaves.

En el año 2013 heredó el taller que su papá fundó alrededor del 80 con tan solo 113 colones, le cambio el nombre a  «H&H» por su nombre y el de su papá.

Del 90 al 92 su papá cerró su taller y vendió gran parte de su equipo para comprar una casa, planeando así su retiro. Pero con el tiempo y con la insistencia de Harold, se fue dando cuenta que su vocación estaba en la mecánica y pronto volvió a abrir un taller en el parqueo de su colonia. Esta vez, tuvieron que volver a empezar ya que casi no tenían equipo, y lo poco que tenían eran herramientas manuales. Sin verse intimidado ante tal reto, pusieron manos a la obra. Alquilaron un local en La Vega y poco a poco volvieron a equiparse.

Aparte de trabajar con autos de todo tipo, lo que más le gusta de su vocación es que la mecánica está en una evolución constante.

Lo que mantiene motivado a Harold es Dios, su familia y su amor por el taller, el cual considera como un niño que requiere tiempo, cuidado y mucho cariño. Él cuenta cómo vio el taller crecer junto a él, desde los primeros pasos y a través de todos los logros, trabajando hasta 16 horas diarias para sacarlo adelante.

Su papá le inculcó el compromiso a su trabajo, impulsándolo a trabajar no solo para él, sino también por su país y las futuras generaciones. Le enseñó a ver el taller no solo como una fuente de ingreso, sino también como un legado familiar.

Una de las pasiones más grandes de Harold y un área donde pone bastante de su esfuerzo es en la restauración. El primer carro que trabajó fue Datsun Coupe de los años 70 en el que invirtieron 6 meses de duro trabajo. Además como proyecto personal restauró un Nissan V12 de 1989 en el que también invirtió más de 6 meses de trabajo. Harold considera que la restauración de vehículos es algo que se tiene que hacer a profundidad y piensa que hay que invertir esfuerzo, tiempo, y dinero para hacerlo correctamente.

Para Harold lo más importante para un tallerista es tener profesionalismo, ser responsable y sobre todo, ser honesto. Una de las lecciones más valiosas que le ha dejado su profesión, es invertir el esfuerzo, el tiempo y los recursos que sean necesarios para realizar el trabajo de la mejor manera, porque al final del proyecto, puede disfrutar los frutos de su arduo trabajo.

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La pasión por seguir aprendiendo lo llevó muy lejos

Lester Alexander Ayala Ramos tiene 17 años en la rama automotriz. Desde pequeño tuvo la curiosidad para ver cómo funcionaban sus carritos a control remoto y aprendió a armarlos, desarmarlos y hasta hacerle modificaciones al motor eléctrico para crear sus propios carros y helicópteros.

Su vida cambió a los 12 años cuando perdió a su madre, pero no permitió que eso lo detuviera de continuar aprendiendo, enfocándose en la rama automotriz en el taller de un amigo. Lester cuenta que al principio solo se ocupaba de la limpieza y el orden del taller, pero mientras fue demostrando más interés, le fueron enseñando más y más aspectos de su profesión.

«Al principio fue duro, uno le avisa a los clientes que has puesto tu propio negocio pero pasamos meses sin hacer mucho, aun así, siempre llegaba algo que nos sostenía y nos motivaba para seguir adelante»
A sus 22 años, Lester decidió abrir su propio taller, encontrando ciertas dificultades para encontrar clientes, pero él dice que los pocos clientes que tenía lo motivaban a seguir adelante. Con tiempo y esfuerzo fue creciendo su taller hasta que logró armar una cartera de clientes sólida y con ello, llegó una buena demanda de sus servicios.El taller de Lester se especializa en electrónica automotriz, pero no pierde la oportunidad de inscribirse a todas las capacitaciones de Econoparts, lo que le ha dado acceso a otras áreas, además de una amplia gama de repuestos que le permiten cubrir una variedad de problemas mecánicos.
«Lo que más me apasiona es poder resolver esos problemas en los que otros han encontrado dificultad y aprender todos los días, hay que actualizarse, capacitarse y apegarse a las nuevas tecnologías»
A Lester lo que más le gusta de su día a día es aplicar sus conocimientos avanzados para encontrar las soluciones a los problemas de sus clientes, sobre todo cuando no muchos otros mecánicos pueden resolverlos.Lo que motiva a Lester a continuar en su carrera en mecánica automotriz es su pasión por seguir aprendiendo todos los días y conocer las nuevas tecnologías que se van implementando en los modelos más nuevos.
«Lo más importante es  la confianza, cuando un cliente te recomienda, eso es porque sabe que sos un trabajador honesto y que tenés la capacidad de resolver muchos problemas.»
Hoy en día, el taller lo manejan siete personas, con Lester a la cabeza. Esas siete personas lo han acompañado desde sus tiempos en Garita Palmera, cuando todos ellos comenzaron como aprendices en el mismo taller. Con el tiempo, pasaron de ser colegas a amigos, y de amigos a socios. Luego de tantos años en el rubro, Lester considera que llegó el momento de crecer más su negocio y sabe que, a pesar de ser una proyección a futuro, con mucho esfuerzo y trabajo, podrá lograr su meta.
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Taller Herlan: Una historia de emprendedores

“Tuvimos este sueño desde que estábamos estudiando”

Julio es una joven con grandes aspiraciones. Desde pequeño le apasionaban los carros, cuenta pasar tardes enteras desarmándolos y volviéndolos a armar, y lo más importante, intentando sacarles más potencia a esos carritos electrónicos. Así que desde que comenzó a estudiar mecánica ya soñaba, junto a su compañero de estudios, con tener su propio taller, el lugar en el que ahora nos encontramos. Nos da un recorrido y nos explica cómo fueron poco a poco construyéndolo y adquiriendo el equipo con el que ahora cuentan. Al poco tiempo de hablar con Julio se puede percibir su forma positiva de pensar, ese optimismo lo ha llevado a cumplir lo que tiempo atrás se propuso, él no cree que uno debería ponerle límites a sus sueños:

“Uno mismo no se tiene que poner limitantes. Uno siempre tiene que decir yo puedo, siempre buscando la ayuda de Dios y otras personas, nunca quedarse de brazos cruzados»

Algo que distingue a Taller Herlán es el servicio que le ofrecen a sus clientes. Julio no se cansa de decirnos que la satisfacción más grande que recibe de su trabajo es ver a la gente feliz con su carro reparado y en excelentes condiciones. Él cree en esto tanto que asegura que cualquier taller que descuida a su clientela dejara de existir, aunque tengan las mejores instalaciones y tecnología.

“El reto más grande es la actualización para los talleres”

Taller Herlán se especializa en diagnóstico electrónico, y por eso pone gran énfasis en la constante capacitación de su personal. Aquí es donde el encuentra invaluable el aporte de Econoparts, ya que ha aprovechado todas las capacitaciones que se ofrecen en nuestra escuela de capacitaciones para el especialista automotriz. Julio sabe que en un mundo tan acelerado es importantísimo estar a la vanguardia para poder atender cualquier carro que entre a su taller.

Julio está claro en dos cosas, que uno no debe de dejar de soñar y que para alcanzar esos sueños uno tiene que capacitarse y trabajar duro. Y esta es una lección que le sirve a cualquiera. En Econoparts estamos muy orgullosos del emprendimiento y arduo trabajo de nuestros clientes por eso deseamos que Julio y su socio sigan prosperando.

Estas son las historias que nos mueven, este es nuestro motor humano que nunca se detiene.

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Mi hijo es mi motor

Al llegar al Taller Osorio, Don Donald Edgardo nos saluda alegremente y nos invita a pasar a su casa. A pocos metros de donde sus ayudantes trabajan en los carros, podemos ver la entrada a su vivienda, modesta y cuidadosamente adornada con plantas y flores. Al ingresar nos cuenta que el lugar no siempre fue así y que en un principio nadie hubiera creído que ese terreno se convertiría en lo que es hoy. A su modo de ver, para Donald un nuevo cliente es una nueva amistad, alguien con quien se forma una relación que tiene un valor humano mucho más grande que el simple valor monetario. Esto fue un factor importante para mantenerse perseverante en la construcción de su taller, ya que en las cercanías vivían sus primeros clientes, los que él ahora considera grandes amigos ya que fueron los que le ayudaron de diferentes formas a realizar su proyecto.

 

“Los clientes se convierten en amigos, muchos de ellos me ayudaron a darle forma a lo que un día solo era un sueño”  

A los pocos minutos conocemos a Dani, el hijo mayor de Donald y quien es su inspiración para seguir adelante. Su más grande deseo como padre es que en un futuro no le falte nada a su hijo y que todo lo que ha construido y sigue construyendo día a día sea un instrumento para ese fin.

 

“Así es el día a día, entre el taller y las terapias que él necesita, pero él es quien me motiva todos los días, él es mi motor.”

Donald Edgardo siempre tuvo una pasión por los automóviles, desde pequeño trabajo en el taller de un familiar, estudió Mecánica Automotriz en Santa Ana y hace 14 años emprendió el sueño de tener su propio taller, ese mismo año contrajo matrimonio con su esposa. El diario vivir de estos padres es entre el trabajo en el taller y el cuidado de Dani y su hermano menor José Alfredo. Don Donald nos dice que está seguro de una cosa:  La calidad del trabajo y la sinceridad con los clientes han sido la clave para que el taller haya ido creciendo afirmando así que la vida nos devuelve lo que cosechamos.

“Lo más gratificante es que el cliente se vaya feliz, saber que va a regresar y que le va a contar a otros de la calidad del trabajo del taller”

Con esta misma actitud positiva nos habla de la familia que ha formado junto a su esposa donde el amor por sus hijos, el esfuerzo y la perseverancia han triunfado sobre toda adversidad. En Econoparts nos sentimos honrados al ser recibidos por la familia Osorio y poder escuchar la historia de un padre ejemplar que pieza a pieza fue construyendo un taller y un hogar, ese lugar que en el pasado era solo un sueño y donde ahora nos recibe amable y sonriente, como a un cliente más, como a un amigo más.

Estas son las historias que nos mueven, este es nuestro motor humano que nunca se detiene.

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